miércoles, noviembre 15, 2006

 

Revisión de Clásicos


Hace unas noches recuperé para mi memoria la película Ojos Negros (1987), de Nikita Mikhalkov, basada en un cuento de Chejov ("La Dama del Perrito"), y me dejé llevar por el suave, sutil y hermoso transcurrir de un film cargado de significados.
A Mikhalkov le encanta poner a sus protagonistas al borde del abismo:
Una decisión trascendental que puede cambiar la vida del protagonista para siempre, pero duda, mostrando la fragilidad de sus convicciones personales.
Entonces se traiciona así mismo y tú te quedas planchado en tu sofá, añorando la deliciosa inocencia de lo perdido, y deseando haber podido suplantar al capullo del protagonista instantes antes de su real cagada.
La escena: Ella llora, tras yacer con él, mientras tararea una canción en ruso, desnuda y de espaldas a la camara. Recoge con su dedo sus propias lágrimas y con ellas pinta en la pared.

Comments:
Me acabas de recordar la tarea pendiente que tengo, sobre leer a Chejov.
EL cine muchas veces tiene esta utilidad social, acercarnos a esas cosas que por tiempo o desconocimiento no hemos llegado a profundizar.
 
"se propone" velada estilo Pupila Juiciosa, pero mejorada con unos buenos caldos.
 
echo de menos a la vendía medicamentos en mi blog....
 
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