Falacias y Mentiras

Llevo años intentando encontrar el gran almacén de Los LLanos de Aridane donde venden almendras a granel.
Según mi madre, que es la que ha ido, está en frente del restaurante Salta Si Puedes, en Argual.- "Un almacen enorme, viejo, con unas puertas rojas grandes".
Pero, yo siempre que voy lo encuentro cerrado, y por lo hecho polvo que está, parece hasta abandonado.
Bueno, pues resulta que fuí este junio con mi madre a la Palma, y nos acercamos a buscar unos kilitos de almendras.
Entre las dos puertas rojas grandes, había una puertita de madera, sólo entreabierta, que llevaba, a traves de un sucio pasillo a una estancia gigante y completamente vacía.
Del fondo de la estancia se nos acercó un hombre, y mi madre le preguntó por el encargado. Éste se puso a dar gritos hasta que apareció el personaje en cuestión:
Un hombre de unos 60 años, medía cerca de 1,90, barba de tres días y bonachona cara de ojos vivos. Tenía una panza colosal que empujaba a unos roidos vaqueros hasta medio culo, y llevaba camisa a cuadros abierta hasta la mitad de la que salía una rizada masa de pelo blanco y el consabido juego de cadenas de oro.
El hombre rompió a hablar ya desde la lejanía del salón, y no dejó de hacerlo hasta que salimos del lugar, 30 minutos después.
Resulta, que la máquina que manipula las almendras es única en el mundo, según él.
Desde una gran ventana del salón, se podía ver el sótano donde estaba el ingenio:
Una maquina de más de cerca de tres metros de alto, con mecanismo hecho de madera y soga en su integridad, que quita a las almendras la cáscara, las separa de ésta por una cuestión de peso y las que aún se cuelan, quedán pinchádas en otro rodillo de punchas afiladas.
El personaje llegó a percibir que me interesaba bastante por la máquina, y empezó a llorar y suplicar por el negocio; me explicó que la almendra ya no se recogía del árbol, y por eso el local estaba vacío.
La almendra americana había acabado con su negocio ya que era una almendra más barata y más grande, aunque de peor calidad.-" Se necesita gente joven y con ganas, que saque esto adelante, porque yo ya dentro de poco me retiro, y soy el único que sé manejar la máquina, así que si yo me voy, todo esto se va a perder..."
Esto último me lo dijo casi suplicándome ayuda, y recordándome que ya había ido hasta a programas de radio locales para buscar jóvenes que se interesaran por esta ocupación en peligro serio de extinción.
Tras lanzó a contarme la famosa historia del alemán:
Bien es sabido que los alemanes, por su naturaleza curiosa e invasora, se metén a investigar cualquier sitio que les parezca mínimamente interesante. Y si no que le pregunten a Funche, que se ha encontrado ya más de un germano en el pasillo de la casa de Arona. Pues, parece que un grupito de estos vió la máquina y conversó con nuestro amigo. Varios meses después, apareció otro germano parlante en el almacén. El tipo, por lo visto medía como dos metros, y llegó sólo y bien vestido.
Pidió ver la máquina, y se pasó delante de ella cerca de una hora sin que nadie lo molestara, porque el encargado estaba haciendo cosas detrás.
Al cabo de ése tiempo, por fín pudo acercarse y habló un rato con él.
El alemán le contó que era ni más ni menos que el Presidente de la Mercedes Benz. Unos amigos suyos le habían contado de la existencia de este aparato, y no había dudado un momento en darse un salto un fin de semana para verlo.
Claro, el encargado se quedó de piedra, pero fue tan vivo como para preguntarle:
-¿Cómo es que un hombre que hacía unas máquinas de la precisión de un mercedes, viene aquí a ver este máquina de madera y cuerdas?
Y el alemán le respondió:
-¿Cuántos años me dijo usted que tenía su máquina?

-La trajeron en 1951, así que tendrá unos 55 años.....

- Pues los míos solo duran unos Siete u Ocho.

Giró su cabeza para balbucear algo, pero de su boca no salió nada.
Sintió como su garganta se llenaba de algo blando, suave y tibio, pero que escocía y quemaba como la absenta.
Escupió fuertemente contra el suelo, y un esputo, brillante y enorme, casi del color de la mantequilla, fue a parar a la acera, a unos dos metros de Dorinda, cuya cabeza descansaba plácidamente boca arriba sobre la tierra.
-Joder!, mierda!, que mal estoy.
Se agarró la garganta con ambas manos, tratando de mitigar el dolor, y miró el esputo, que fue redondeando su forma rapidamente, levantando sus pequeños ojillos acuosos de lenguado y mirándolo directamente a los ojos.
Con cada movimiento del esputo, el aire de las proximidades se impregnaba de un hedor nauseabundo, mezcla de vómito, nicotina y caries, que le provocó dos arcadas, que consiguió controlar, entre otras cosas porque la mirada del esputo lo hipnotizaba en sobremanera.
- Hijo de puta!, muerete ya!- Gritó el esputo. Su voz era aguda y metálica, como si hablara desde dentro de un bote cerrado.
-Cabrón!-La voz casi no salía por su garganta escocida- Casi me arrancas las amigdalas!
El esputo sonrió despreciativamente.- Pues, no te queda nada, capullo.....te voy a joder!- Luego dejó escapar una furtiva mirada a Dorinda y avanzó hacia ella.
Dorinda había caido, suavemente narcotizada por el haschis, una hora antes de que el resto ingiriera los éxtasis. Él sabía que no iba a querer ni tocarlos, y que insistiría pesadamente varias veces para que él no se lo comiera, así que ni si quiera se había molestado en avisarla.
Ahora necesitaba comunicarse con ella, pero su garganta estaba completamente seca, y sólo conseguía emitir el siseo de galápago.
El esputo siguió su camino hacia Dorinda, hediendo y emitiendo improperios sin sentido.
Subió por su cara, dejando una baba traslúcida tras de sí, y comenzó a introducirse lentamente por su nariz.
En ese momento se dió cuenta, por primera vez, de las intenciones del esputo, pero hasta que éste no se hubo metido totalmente en su nariz, no pudo mover las piernas.
Dorinda se reincorporó bruscamente y tosió con fuerza, intentando a su vez respirar, y por lo tanto, ayudando al fétido esputo en su camino hacia la tráquea.
Él se lanzó sobre ella, desesperado y la agarró maquinalmente con las dos manos por la garganta.
-Noooooooooo!, sal de ahí, cabrón! Saaaal!!!
Podía escuchar perfectamente la risa del esputo desde su faringe.
Dorinda pateaba y arañaba su pecho, tratando de encontrar aire, pero él no podía dejar que el esputo llegara a su garganta.
Apretó aún más las manos contra su cuello, presionando la tráquea con ambos pulgares.
Dorinda tenía los ojos muy abiertos e inyectados en sangre, pero era incapaz de emitir sonido alguno.
- Ya te tengo! Puto gargajo!- A continuación tapó su nariz con la boca y aspiró fuertemente, mientras la estrangulaba aún más. La boca se le llenó con un líquido caliente y salado.
Una hora después, la pareja de guardia civiles que acudió al lugar, alertada por los vecinos, consiguió no sin esfuerzo separarlo de Dorinda, esposarlo y meterlo en el coche patrulla.

Bajo a la calle,y mi mente vaga, dejando que mi subconsciente se encargue de repetir todos los gestos mecánicos a los que estoy acostumbrado.
Camino rumbo al coche haciendo una lista mental de lo necesario para la acampada.
Estamos tan mal acostumbrado a que Nandi traiga todo lo necesario, que cuando no viene parece que no hemos hecho acampada en la vida.
El mando a distancia revive al coche, e interrumpo mi viaje mental para cagarme en los muertos del que, meses atrás, hizo un graffitti con su llave más puntiaguda sobre mi puerta.
Alguien tiene que pillar a éste in fraganti, alguien que vaya al gimnasio y tenga muy mala leche.....incluso podrían ser varios culturistas o cultivadores de algún arte marcial que justo ése día tuvieran sesión con sus catanas.

Mientras genero en mi mente una escena llena de realismo en el que el capullo arañacoches es despedazado por forzudos karatekas, al puro estilo kill bill arranco el coche y me presiono con la mano bajo el pecho izquierdo, porque probablemente un gas perdido me está proporcionando un agudo e intenso dolor en esa zona.
Conduzco escuchando la radio y fantaseando con ataques al corazón, embolias y trombos que me vienen a la cabeza siempre que uno de esos gases me quita unos segundos el aliento.
Aparco en doble fila dejando sin posibilidad de salida a un astra gris metalizado y un ford fiesta rojo.
Cartera en mano espero mientras que en el interior del cajero, una señora saca todo lo que tiene en el bolso en busca de su tarjeta de débito.
La lentitud de mi predecesora devuelve a mi mente la lista de tareas preacampada. Las prisas y alguna pequeña gota de sudor afloran por primera vez en mi cabeza.
Todavía tengo que ir al super, hacer la maleta, buscar las palas..........y además tengo que recoger a tres de mis acompañantes que lo más seguro estén viendo bricomanía en la tele, sin tener la mochila hecha, y sin haber comprado todo lo que necesitan.
Llegaremos a la playa otra vez de noche.........y esta tía del cajero que no se espabila....
La señora parece no entender muy bien el mecanismo del cajero, y éste escupe concianzudamente su tarjeta una y otra vez, al cabo de unos minutos de infructuosa y aleatoria manipulación.
Junto al cajero hay un pequeño bar de pueblo desde cuyo interior, un grupo de hombres de mediana edad, barba de tres días y mirada vidriosa, se esfuerzan en mantenerse en el mundo real, emitiendo comentarios pastosos y sin sentido a los que esperan su turno en el cajero.
La señora de dentro parece haber dado con la combinación necesaria de teclas para sacar los euros que le hacen falta que retira y cuenta varias veces con desconfianza antes de aventurarse en la odisea de meter el dinero en su cartera y recomponer su destripado bolso antes de salir.
Murmullos de inquietud revolotean detrás de mi. Seis personas se han ido acumulando poco a poco en espera de la señora, a la que se le han caído unas veite monedas que ahora tapizan el suelo del cajero.
Los hombres del bar se han levantado en vista del inusitado tráfico, y se calzan el cinturón mientras ensayan torpes piropos a una rubía que ocupa la posición número cinco de la cola.
La señora torpe me toca siempre justo cuando voy a entrar yo......es una ley de Murphy.
Lo tengo comprobado.
Y cuando le cedes el puesto, más tarda en salir.
Parece que por fín termina. Creo que ya sé dónde están las palas de playa....y la pelota.....en lo alto del armario...
La señora sale y yo le dejo pasar estirando un brazo para que no se cierre la puerta del todo.
Hay resoplidos de satisfacción entre mis antedecesores.
Uno de los hombres del bar, con camiseta de propaganda, sale y habla con la señora. La proximidad presupone confianza entre ellos.
A mi me da el tiempo justo para cerrar la puerta del cajero, que queda al instante cubierta de sangre oscura y brillante.
La camisa de propaganda se mancha rapidamente con los borbotes del agujero que el acero hindió en el pecho de la señora, justo bajo el pecho izquierdo, donde se acumulan los gases perdidos.

El suplemento del Pais del domigo nos ha recordado, muy por encima, la vida y logros del ordenador personal y lo millonarios que son sus creadores en estos momentos.
Desde los tiempos del Spectrum,el Atari, el Amstrad, el Amiga, el Commodore y otros nombres que nos volvían locos de orgullo, no ha pasado mucho tiempo. Y desarrollo que nos espera se escapa aún de los más imaginativos autores de Ciencia Ficción.
En el libro La Llegada del Senescal se puede leer una premonición cuanto menos curiosa de la evolución tecnológica en unos 1500 años:

Al hombre se le asigna un pecé desde su nacimiento, tan vacío de conocimientos en su momento como él, y con una capacidad de aprendizaje similar a la del humano. Físicamente, no es más que una esfera que pulula alrededor de su asociado,con el que lleva una importante relación de amistad, porque han crecido juntos y su personalidad, gustos, aficiones...son las mismas.
Pecé y humano se conectan sin necesidad de cables, sonidos, etc, a través de un mecanismo injertado en el humano, por el que el pecé lee sus pensamientos en todo momento y traduce los movimientos químicos que producen las sensaciones (que no sentimientos), en su asociado. Frio, calor,incluso rabia, miedo o deseo sexual se delatan por las reacciones químicas que produce nuestro organismo.
Tambien se le puede colocar un pequeño dispositivo de defensa personal que servirá a ambos.
Posee la ciudadanía como los humanos, junto con las naves espaciales y los robots. Todos ellos son miembros de la sociedad por igual, y esa misma sociedad es la que los ha hecho totalmente dependientes unos de otros.

En el articulo del Pais tratan de aventurar el futuro del ordenador, nombrando los famosos cerebros artificiales que funcionen con el complejo sistema de las ondas biónicas.....y uno piensa....¿por qué no? Ya podemos estar conectados a internet desde el portatil en la playa, y no creo que tardemos mucho en poder dar las órdenes sin necesidad de escribirlas.
¿Quíen me dice como será un pecé dentro de cien años?

Cuando el Imperio Romano estaba en la cúspide de su poder, o sea, cuando dominaba el universo conocido y su superioridad técnica y política no tenía parangón, comprobó como el cristianismo se desarrollaba en sus carnes sin encontrar resistencia hasta sus últimas consecuencias.

Al aparecer la ciencia moderna, se encontro con un cristianismo que constituia un sistema completo de comprension del hombre y del universo; servía de base al gobierno de los pueblos, producia conocimientos y obras, decidia tanto paz como guerra, organizaba producción y distribución de bienes.............y nada de eso impidió que a su vez se viniera abajo.

Ahora imaginemos que un nuevo movimiento metafísico cambia el orden social hasta ahora conocido.

¿Cual podría ser el cebo que se apodere de los millones de almas de una sociedad culturalmente más evolucionada que la de entonces.?

¿Será la absorción de adeptos por alguna de las religiones existente,como un islam en plena progresión, la revolución que esperamos? Suya es al menos la victoria del machismo más primigenio que chupetea los huesos de la más progre Europa de todos los tiempos.

¿O por el contrario la aparición de un nuevo movimiento que congénie revolución sexual,
genética y tecnológica la que potencie el cambio de mentalidad y moralidad existente?

Hace poco oí algo sobre lo alarmantemente raro que resulta para muchas personas encontrar amistades fuera del mundo laboral. Sobre todo en las grandes urbes.

El declive de los contactos sociales acentúa la falta de relaciones sexuales entre las personas.

¿Hasta que punto está nuestro organismo preparado para revelarse ante un proceso de castidad autoinflingida?

Y si esto lo unimos, como por arte de magia, a la posibilidad de que dentro de no mucho tiempo, la inmortalidad que soñó Aldous Huxley, se haga presente gracias a las clonaciones de una ciencia genética previsiblemente más avanzada....................qué nos econtramos........

Que la próxima mutación metafísica nos traera una religión que ofrezca inmortalidad clónica sin necesidad de fé y orgías sexuales que destapen nuestras reprimidas adolencias, parapetadas tras la aislante y desociabilizadora tecnología moderna.











La oveja Dolly.

En poco tiempo retomaré con algo de pulso el blogeo.
Ya saben que mi febril actividad laboral me impide muchas veces ocuparme de estas cosas, pero creo que a partir de ahora y relanzado por alicientes tan dispares como mi viaje de novios a Nueva York, Houllebecq y el seguimiento de las inquietudes del sorprendente Chicharrero, volveré por mis fueros.
Hasta entonces.